Si la situación implica peligro, hay que avisar al resto de los automovilistas que circulan por la carretera para evitar que aumente el número de involucrados.
Es nuestra obligación ayudar a los implicados, no sólo por una cuestión ética, sino también porque así lo manda la ley y no hacerlo está penado.
Eso sí, si vemos un accidente en el que ya hay varias personas prestando su ayuda, es preferible no detenerse para no entorpecer, aún más, el tráfico.
Antes de salir del vehículo hay que ponerse el chaleco reflectante, para ser vistos por los vehículos que circulan por la carretera.
Hay que evitar la prestación de una ayuda precipitada que pueda empeorar la situación, y actuar según las pautas expuestas más arriba.